Psicólogos en acción por la salud
1 – LA FUSIÓN
Paradójicamente, las parejas más frágiles son las Psicólogos en acción por la salud que, al principio de su relación, experimentan una simbiosis absoluta. Comprometidos «muy rápidamente, muy fuertemente», sintonizados con las necesidades del otro, desempeñan todos los papeles: amante, amigo, padre, hijo… Envueltos, al abrigo de las turbulencias del mundo, se alimentan exclusivamente del otro. Viven la pareja como una isla desierta que sólo ellos habitan, hasta el día en que un elemento externo interrumpe este tête-à-tête exclusivo. Puede ser el nacimiento de un hijo (¿cómo componer un trío si sólo han vivido el uno para el otro?) o un proyecto apasionante que surge en la vida de uno de los dos.
Sin embargo, lo más frecuente es que un sentimiento de cansancio y asfixia se apodere de uno de los miembros de la pareja, que se da cuenta de que la seguridad ha ido dejando paso a la asfixia. El mundo exterior, que se ha mantenido a distancia durante tanto tiempo, es repentinamente seductor. Este es el Psicólogos en acción por la salud comienzo de la crisis. Frustración insoportable por un lado, sentimientos de abandono y traición por otro. La mayoría de las veces, estas parejas se separan desgarrándose.
2 – EL RECHAZO DE LA DIFERENCIA
Un cónyuge no es un doble. Una declaración clara en teoría, más complicada en la práctica. Muy a menudo, los grandes conflictos se alimentan a diario de pequeños rechazos: no aceptamos que la persona cuya intimidad compartimos no tenga las mismas reacciones que nosotros o que nos sorprenda (y nos decepcione) por su forma de vivir y expresar sus emociones. Proyectamos en la otra persona deseos, expectativas y errores de comportamiento que en realidad son los nuestros. Una pareja está formada por dos personas diferentes, y en la mayoría de los casos del sexo opuesto.
Sabemos lo asimétrico que es el «funcionamiento» de los hombres y las mujeres, especialmente en lo que respecta a la comunicación y la sexualidad. Las mujeres expresan sus emociones con más facilidad y tienen un deseo sexual más fluctuante que los hombres. «No me habla lo suficiente», «Nunca ve el esfuerzo que hago», «No podemos tener un orgasmo al mismo tiempo», «Cuando yo quiero, ella no»… son las quejas que más se escuchan en las consultas. Todos ellos dan testimonio de esta negación de la diferencia que acaba convirtiendo a la pareja en un campo de batalla o en un tribunal.
3 – FALTA DE COMUNICACIÓN
Convencidos de que las palabras son inútiles para psicólogos en acción por la salud entenderse cuando estamos hechos el uno para el otro, las parejas jóvenes tienden a descuidar la comunicación en su relación. En nombre del mito del amor perfecto e «instintivo», olvidan que la comunicación es esencial para conocerse. ¿Cómo, sin palabras, puede uno descubrir los deseos y necesidades del otro? Sin comunicación, es difícil evitar fantasear con la relación, y también es difícil no sentirse decepcionado en el amor cuando un día te das cuenta de que tu pareja «no es para nada quien creías que era».
En las parejas de larga duración, la ausencia de diálogo alimenta los malentendidos Psicólogos en acción por la salud y las frustraciones: «¿De qué sirve decirle lo que quiero? Sé lo que me va a decir. Convencidos de que se conocen perfectamente, los socios creen que hablar no cambiará nada. Cada uno etiqueta al otro y vive «al lado» en lugar de «con». Esto es olvidar que la riqueza y la fuerza de la pareja proviene de no terminar nunca de descubrir al otro y conocerse a través de él.
4 – LA PAREJA TERAPÉUTICA
Por lo general, se trata de parejas muy sólidas al principio. Su contrato, inconsciente la mayoría de las veces, se basa en expectativas complementarias: curarse para uno (problemas de depresión, alcohol, fracaso profesional…), sentirse indispensable para el otro. La mayoría de las veces, estas parejas, basadas tanto en la dominación Psicólogos en acción por la salud como en la búsqueda de la fusión, se hunden cada vez más en sus disfunciones. Esto les lleva finalmente a un punto muerto o a una ruptura.
Primer escenario: con el Psicólogos en acción por la salud tiempo, la persona «enferma» se cura y, de hecho, ya no necesita un «médico» ni un testigo vergonzoso de su «decadencia» pasada. También es posible que se rebele cuando se dé cuenta de que esa relación, lejos de liberarle, mantiene su dependencia, alimentándose de ella para seguir existiendo. En segundo lugar, los intentos del «salvador» fracasan, alimentando su frustración e ira y generando culpa y sufrimiento en su pareja.